La Visión de los Vencidos en la Conquista de la Nueva España - México Tenochtitlán
Primer presagio funesto (un cometa de fuego)
Diez años antes de la conquista se
observó en el cielo una estrella que se movía, con espigas de fuego,
como si goteara: Un cometa.
Segundo presagio funesto (fuego que no se apaga)
El templo de
Huitzilopochtli, aún siendo de piedra, comenzó a arder por la noche por
sí mismo. Cuando el pueblo se lanzó con agua para sofocar las llamas,
éstas ardían con más fuerza.
Tercer presagio funesto (poderoso rayo)
Un rayo cayó en el templo de Xiuhtecuhtli; no llovía fuertemente, sólo lloviznaba, y el trueno rompió sin sonido alguno.
Cuarto presagio funesto (lluvia de fuego)
Llovió fuego. Del cielo cayó una estrella de fuego que desprendió colas de humo.
Quinto presagio funesto (lago en llamas)
El lago de Texcoco ardió, sus
aguas se levantaron al hervir y azotaron las casas arrastrando a muchas
de ellas consigo, matando a muchos.
Sexto presagio funesto (el llanto nocturno de la mujer misteriosa)
Por las noches una mujer lloraba
desconsoladamente a las orillas del lago de Texcoco, aterrada por no
poder esconder a sus hijos.
"¡Ay, hijitos míos, tenemos que irnos lejos! ¡Ay, hijitos míos, ¿adónde los llevaré?"
"¡Ay, hijitos míos, tenemos que irnos lejos! ¡Ay, hijitos míos, ¿adónde los llevaré?"
Séptimo presagio funesto (el espejo de la guerra)
Se pescó en el lago de Texcoco un
ave extraña, con un cráneo deformado que se pensaba era un espejo donde
se podían ver las estrellas. Moctezuma vio un mal presagio al volver a
mirar por segunda vez y observar una guerra en ese espejo.
Octavo presagio funesto (apariciones de seres deformes)
A veces se lograban ver a seres
deformes de dos cabezas y cuerpos humanos. Criaturas extrañas que al
tiempo que eran vistas, desaparecían.
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